Whatsapp de Javi Domínguez: “Llámame ahora que estoy tranquilo y con las piernas en alto”. Y como yo soy un bien mandado y más cuando un amigo es quien me lo pide, allá que voy: “¡Enhorabuena, orionak Javi!”. “Eskerrik asko, aquí me pillas en la habitación de la casa en Courmayer después ya del segundo desayuno del día, con los colegas, esperando a que el resto vayan todos llegando”. Javi pasó buena parte de la preparación de este Tor acompañado por amigos como Felipe Artigue, Carlos Morán o Imanol Aleson. A este último también debemos felicitarle por su 5º puesto, enhorabuena también para él. Con ellos y con José “Calcasport” está igualmente pasando estos días en el Valle de Aosta (Italia). “Ahora es cuando mejor estoy, aquí descansando y bebiendo sidra moderadamente, hoy me apetece hacer una tortilla de patata para comer. Cuando terminas, te das cuenta de que lo mejor es ahora y que tienes unos buenos días de vacaciones. Eso era lo que me empujaba a terminar cuanto antes, el saber que cuánto antes llegara, antes podría irme a dormir”.
Al contrario de lo que pueda parecer en estos casos, el cansancio es tanto que cuesta dormir al terminar. Javi sólo pudo dormir 2 horsa seguidas tras cruzar la meta. Este comentario me lleva a preguntarle por eso de la gestión del sueño durante la carrera. “Hubo momentos en los que era imposible dar un paso más, literalmente me caía de sueño, la primera ocasión me sucedió a la 1:30 de la madrugada y sin nada donde resguardarme alrededor, así que teniendo en cuenta que el material que llevamos tampoco es como para quedarse durante la noche en medio del monte, no hubo más remedio que darle la vuelta al asunto y tirar para delante. Otra vez me decidí a acostarme en un prado de hierba un ratito y al poco tiempo me despertó la nieve que empezaba a caer, así que arriba de nuevo…”.
Al final, sumando todo, Javi descansó una hora y durmió 35 minutos en el total de los 330 kilómetros y a lo largo de las casi 68 horas que le duró el Tor des Geants.. “Eso es algo que me plantearía de otra forma si volviera al Tor, descansaría más, con el paso de tantas horas en vigilia vas perdiendo lucidez y frescura, notas que la cabeza no rige, definitivamente, pararía más”.
Obviamente no se me olvida preguntarle por el récord, y sabiendo el idilio tan especial que mantiene con los números y las matemáticas me imagino su cabeza echando más humo que sus piernas, cálculo va, cálculo viene. “El récord nunca fue un objetivo para mí, dividí la carrera en varios tramos atendiendo a los consejos que me dio Iker Karrera, pero eran sólo referencias parciales. En una prueba como esta hay muchos factores imposibles de gestionar, nosotros hemos tenido suerte con la climatología, por ejemplo. A nviel puramente deportivo siempre fui solo en carrera, me crucé varias veces con Franco Collé pero nunca llegamos a correr juntos, me pareció un tipo muy amable y cordial, siempre nos animamos mutuamente”.
Nos dice que el Tor no tiene nada que ver con ninguna otra carrera, que no es que sea el doble de una prueba de 100 millas, es mucho más, es otra dimensión totalmente desconocida. “Es muy duro para venir a correrlo en plan competición pero es una aventura muy recomendable para venir a disfrutarla con amigos porque la organización te facilita mucho las cosas colocando las bases de vida, avituallamientos, y los paisajes son espectaculares”.
Pues va a ser que así igual sí que me convences Javi, sobre todo con el tema de esperar al final y brindar con sidra y una tortilla de patata, especialidad que me consta que se te da muy bien…
Javi Domínguez: "Para el Tor hice caso a los consejos de Iker Karrera"
"Después de tantas horas corriendo la cabeza no te rige"
