“Cuando buscamos el tesoro nos dimos cuenta de que el camino es el propio tesoro". Con ese eslogan, tan simple como evocador, da la bienvenida al visitante de su página web la Carrera Montes de Viveiro (CAMOVI). Hablamos de un pueblo de montaña con más de 900 años de historia y cuyo casco urbano, que se asoma a la costa de Lugo, goza de unos envidiables miradores al mar y al valle del Landrove. El reto de un grupo de amigos que se propuso recorrer estos montes que rodean Viveiro fue el germen de lo que a día de hoy es una de las pruebas de trail gallegas con más entusiastas.
Porque fue así, con más entusiasmo que medios, como la Agrupación Deportiva San Roque engendró una carrera de montaña en una región no muy prolífica en pruebas así. Pero el escenario lo merecía. El recorrido de la CAMOVI se desarrolla por el puro monte galego. Traducido al participante: belleza y dureza a partes iguales, un terreno salvaje y técnico marcado por la presencia de tojos, arbustos de gruesas raíces y hojas con espinas escondidas bajo flores amarillas que crean un tupido suelo que dificulta avanzar. Los toxos (tojos) dan carácter a esta prueba y marcan la diferencia entre correr en Galicia y no en Asturias o los Pirineos. Pero el esfuerzo se ve recompensado con la compañía del mar a lo largo de casi todo el trazado.
En sus inicios la prueba lucense contaba con dos modalidaes de 40 y 12 kilómetros. A día de hoy se apuesta por la trilogía clásica, 42K, 21K y 10K, y por una modalidad por etapas de 45K (24 21), ofreciendo así un completo programa en el que todo participante encuentra su distancia ideal.
Pero la prueba estrella es el Maratón, de 2.625 metros de desnivel positivo, cuyo recorrido circular prácticamente se puede presenciar desde la misma plaza mayor de Viveiro. Nuestra compañera Elena Moro estuve el año pasado allí, y así nos describe el recorrido: “Nada más comenzar la carrera, en el kilómetro 3, se encuentra el primer muro, un cortafuegos que ya empieza a ser famoso por estos lares, un aviso para lo que espera a continuación, un auténtico rompepiernas con continuas subidas y bajadas: subida a Salvarosa y bajada a Feira de Galdo (km10); subida al Monte do Castelo, con una de las vistas más impresionantes del valle de Landrove y de la ría, y bajada hasta Naseiro (km 25), siguiendo la estela de 14 cruces de madera, un Vía Crucis que marca el camino a la ermita de San Martín Dumiense, en la cima del Monte do Castelo. Tras pasar por Naseiro quedan dos fuertes subidas y una última ascensión a la máxima altura de la carrera, al Penedo do Galo, el monte más alto de Viveiro. El tramo final es disfrutón y pero la bajada hasta la playa mayor es técnica. Allí a los espera un potente avituallamiento, una sabrosa comida de la tierra para reponer fuerzas y… ¡cervezas gratis!".
RAMÓN BLANCO, AL MARATÓN CON 84 AÑOS
El año pasado el ganador fue Miguel Heras y en esta edición el favorito es el marroquí Zaid Ait Malek, dos de los mejores corredores nacionales. Pero el gran protagonista de CAMOVI en esta edición no será ninguno de los dos. Desde Venezuela ha viajado hasta Lugo un hombre de 84 años llamado Ramón Blanco. Se crió en estas montañas y de niño jugaba a subir por las cumbres sin más pretensión que la de divertirse. En 1970 se marchó a vivir a Venezuela y durante un lustro (1993-1998) ostentó el privilegio de ser el alpinista de más edad en hacer cima en el Everest. Casi nada.
Los organizadores se enorgullecen de la presencia de Ramón Blanco en CAMOVI 2018. Aunque venga desde el otro lado del Atlántico no es ningún forastero. En realidad, es un vecino más de Lugo. “Para nosotros es un honor recibirle, es sin duda el Messi del montañismo", aseguran orgullosos. No se crean que se ha ido a por la carrera de 10K. “Haré la maratón, y si tengo que retirarme antes, lo haré sin problema", comentó el alpinista en una entrevista concedida hace unos días a La Voz de Galicia. Un auténtico genio.
Más información en la Web Oficial de CAMOVI
