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La termoterapia como estrategia de recuperación

Utilizar el agua fría y caliente con un fin terapéutico

Javi Barrio

La termoterapia como estrategia de recuperación
La termoterapia como estrategia de recuperación

La termoterapia consiste en aplicar calor o frío con un fin terapéutico, en nuestro caso recuperarnos de una carga de entrenamiento o prevenir lesiones. Pero, ¿debemos aplicar frío o calor? Pues tanto monta, monta tanto. Ambos son buenos según cómo los apliquemos. El frío, bien sea en aplicación de hielo sobre nuestras articulaciones y músculos tras el ejercicio -buscando frenar los procesos inflamatorios provocados a dicho nivel por el mismo- o la inmersión en baños de agua fría o el uso de saunas criogénicas. Hasta hace poco tiempo se creía que había que limitar dichos fenómenos porque eran perjudiciales; pero ahora sabemos que estos fenómenos inflamatorios forman parte de los procesos de adaptación al ejercicio y que controlados de la manera correcta implican cambios positivos en el entrenamiento.

¿Debemos aplicar frío siempre tras una sesión dura de entrenamiento?

Pues depende de lo que queramos. Sabemos que la aplicación de frío limita la inflamación y mejora la capacidad del músculo para realizar un nuevo esfuerzo, y si lo que queremos es realizar al día siguiente otra sesión importante de entrenamiento, o tenemos otra etapa al día siguiente, es lo adecuado. También si a mitad de un ultra tenemos “las patas reventadas” y nos encontramos un frío río de montaña, pues ya sabéis, tres minutos al agua y a seguir camino. Sin embargo si al día siguiente tenemos una sesión de recuperación activa podríamos no usar el frío y dejar al cuerpo que se regenere y adapte. El calor tradicionalmente lo hemos usado para relajar los músculos que se encuentran cargados, pero lo hemos evitado en los procesos inflamatorios porque al aumentar el riego en la zona de aplicación, aumentábamos la inflamación. Actualmente podemos utilizar la radiofrecuencia (en forma de hipertermia profunda) con el fin de estimular los fibroblastos a través de calor profundo, consiguiendo la regeneración de colágeno y mejorando los tejidos. Aceleramos el proceso inflamatorio con el fin de que llegue antes el proceso regenerativo.