A la hora de diagnosticar un tratamiento para acabar con las ampollas, este va a depender de la localización, el tamaño, el contenido y la actividad programada. Distinguimos hasta tres tipos de tratamientos según el grado de evolución de las ampollas:
▪ Un ampolla pequeña entre dos dedos, que no provoca dolor, de contenido seroso (transparente) y si ya hemos acabado nuestro entrenamiento o competición, la podemos dejar madurar para que “la herida” epitelice bajo la ampolla y se resuelva por si sola sin riesgo de infección.
▪ Si está en una zona de apoyo del pie o en la parte posterior del talón, tiene un tamaño menor de 1-2 cm y es de contenido seroso y dolorosa, podemos drenarla, cubrirla con un apósito y continuar con nuestra actividad.
▪ Si es en zona de apoyo o parte posterior del talón, mayor de 2 cm y el contenido es sanguíneo habrá que dejarla madurar uno o dos días, drenarla en condiciones de asepsia y por supuesto, suspender la actividad en carga (carrera o caminata) hasta que se resuelvan.
¿Cómo drenar una ampolla?
A continuación te explicamos con detalle como drenar una ampolla, es importante que sigas todas las indicaciones. Tomate tu tiempo para leer y asimilar cada uno de los pasos a seguir.
1. Desinfecta la piel y el material que vayas a utilizar. El archiconocido Betadine es un buen desinfectante o en su defecto alcohol.
2. Hay que perforar la ampolla en el borde de la misma y en su parte inferior para favorecer el vaciado. El orificio deberá ser suficientemente grande para que no se cierre acumulando de nuevo líquido en su interior.
3. No retiraremos la piel, hasta que esta se seque, para protegerla de una posible infección y de una ampolla más profunda que la primera. También podemos coserla con hilo de sutura.
4. Las ampollas grandes se pueden pinchar con una aguja conectada a una jeringuilla para drenarlas, para a continuación introducir Betadine dentro de las mismas (esto puede ser doloroso, pero seca y desinfecta el interior de la ampolla).
