1. Proponte objetivos realistas y acordes a tu experiencia en el trail, tu estado de forma y tus cualidades. Si no estás preparado, no te dejes seducir por los ultras y escoge pruebas más cortas y realistas. En España tendemos a infravalorar las carreras de distancias cortas y medias, pero se pueden disfrutar tanto o más que los ultras.
2. Estudia bien el perfil de la carrera e infórmate al máximo sobre el tipo de terreno, el desnivel, el clima previsto, los puntos de avituallamiento, etc. En definitiva, planea una estrategia para saber dónde puedes apretar y cuándo estar más reservón.
3. Si tienes claros tus objetivos de la temporada, reserva cuanto antes tus dorsales para asegurarte un precio bajo en ese primer periodo de inscripción. Así mismo, lee bien todo el reglamento de la prueba por si exigen certificados médicos y disponer de todo el material obligatorio el día clave.
4. Al margen de los avituallamientos, lleva contigo la suficiente comida y bebida para ser autosuficiente. Siempre cabe la posibilidad de desviarnos del camino y tener que echar mano de nuestra mochila.
5. No cometas el clásico error de dejarte llevar por la adrenalina de la salida y salir a un ritmo endiablado, sobre todo si la carrera es larga. Esos primeros kilómetros de “emoción” pueden pasarnos factura más adelante. Es muy habitual salir en un ultra como si fuera un diez mil en ruta. ¡Tranquilidad!
6. Sigue las balizas y no a los corredores. Es un error que hemos cometido absolutamente todos, ¡a menos que vayas liderando la carrera! Tendemos a seguir al grupo de adelante y si ellos se pierden, nosotros también. Fíjate en las balizas, y si llevas un tramo largo sin ver ninguna, pregunta a otro corredor e incluso plantearos regresar por el camino.
7. Respeta el código deontológico del trail running, o lo que es lo mismo: ocupa en el cajón de salida el lugar que te corresponda acorde a tu nivel, sé solidario en los avituallamientos, no formes un tapón en los senderos y déjate adelantar si ves que estás interrumpiendo el ritmo de los que vienen por detrás. Y por supuesto, socorre siempre a otro compañero que necesite ayuda.
8. En tu mochila guarda todo tipo de cosas que puedas necesitar durante la competición, como el móvil, un pequeño botiquín, una manta térmica, un silbato, una chaqueta impermeable y, por supuesto, comida y bebida. No vamos a jugárnosla por llevar unos gramos más de peso en la mochila.
9. Si participas en una carrera por parejas o en equipo, amoldaros siempre al ritmo del corredor que vaya más lento. Si forzáis demasiado para no perjudicar al equipo y váis más rápido de lo que en realidad puedes, lo pagaréis más adelante. Charlad sobre cómo os encontráis, transmitir vuestras preocupaciones y mantener una relación sincera durante el tiempo que permanezcáis juntos en carrera.
10. Lee bien el reglamento de cada prueba y cúmplelo punto por punto. Los organizadores son personas experimentadas y no exigen material por capricho; son los que más se preocupan por tu seguridad. Si necesitas un certificado médico, aprovecha para hacerte una prueba de esfuerzo. Y por supuesto, nunca corras una prueba sin dorsal, es una de las mayores faltas de respeto que puedes tener hacia el resto de los compañeros.