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Crónica del Marathon des Sables, por un corredor amateur

“El desierto me ha hecho más fuerte"

Santi Ferrando.

Crónica del Marathon des Sables, por un corredor amateur
Crónica del Marathon des Sables, por un corredor amateur

Me llamo Santi Ferrando. Soy un chico Valenciano de 25 años que actualmente vivo en China.
Llevo dos años corriendo, distancias no más largas de un maratón, pero tras completar el pasado mes de enero el Vibram Hong Kong 100km decidí no parar hasta terminar todas las carreras más duras del mundo, así que empecé por la meca: El marathon des Sables. Esta es mi historia.
¿Sabéis cuando os coláis en una fiesta a la que no estáis invitados pero acabáis cayendo bien y los de la casa te dejan quedarte? Pues esa es la sensación que tuve yo en MDS. Novato, inconsciente, ingenuo y recién aterrizado en el desierto del Sáhara para competir en una de las pruebas de larga distancia más duras del mundo. Objetivo: aprender y disfrutar.
PRIMERA TOMA DE CONTACTO CON EL DESIERTO
Las dos primeras noches en el Sáhara son de aclimatación, organización y aprendizaje, no se corre. Nos juntamos 8 personajes en la haima número 11, vecina de la 10, donde se encontraban Chemita Martínez y Fernanda Maciel. Parecía que los 8 nos conociésemos de toda la vida, con muy buen rollo desde el principio y bromeando constantemente. Aun no sabíamos la que se nos venía encima. Pedro de Madrid, Jose alias ‘Moño’ y Javier alias "Vidriero” de Aranda de Duero (Burgos) eran los tres veteranos de la haima que buscaban su tercer MDS; Miguel alias ‘Torito’ de Madrid; Angel de Guadalajara y el tridente de los jóvenes: Antonio de Murcia (diabético y en Sables, con un par), Marcelo alias "Churro" de Costa Rica y yo alias ‘El Loco’.
La primera noche fue muy dura con mucho frío, aparición de los primeros roncadores y viento con arena que se colaba por toda la haima. Menos mal que para la segunda noche aprendimos la lección. Conseguimos cerrar un poco la haima y dejó de entrar tanto viento y arena.
ETAPA 1 - 34km
Mejor no dejarse llevar por la distancia, fue un primer día muy cruel con más de 50 abandonos y extensión de 1h el tiempo de corte. 15km de dunas interminables del tamaño de montañas, un calor asfixiante, tormenta de arena y la penitencia de llevar una mochila de 10k con todos nuestros efectos personales. Por un momento pensé que acababa de aterrizar en el mismísimo infierno. Ese día tocó sufrir mucho, pero al mismo tiempo demostrarme a mí mismo que estaba a la altura de una carrera como MDS.
ETAPA 2 - 41km
Es increíble la capacidad que tiene el cuerpo humano de adaptarse a todo. Después de una primera etapa tan dura, tocaba cubrir casi la distancia equivalente a un maratón para la etapa 2. Comparado con la primera etapa, esta parecía un juego de niños, pero simplemente era un truco del desierto.
El terreno parecía muy favorable así que decidí correr, incluso sin parar en los CP. Me encontraba muy bien, pero le falté al respeto al desierto. En el km 30 me dio una pájara impresionante y no pude correr ni un metro más, me tocó completar el recorrido deambulando. Al llegar al bivouac vomité y me deleité con la aparición de mis primeras ampollas.


ETAPA 3 - 37km
Al terminar esta etapa fue cuando vi algo de luz al final del túnel, aunque aún quedara mucho, MDS no era imposible.
Etapa dura con mucho calor y dunas. La idea era salir lo más conservador posible pensando en la salvajada del día siguiente de 84km, es decir un doble maratón con 35 horas de corte. Terminé esta etapa muy fresco y con mi objetivo cumplido.
Todas las tardes la organización nos imprime unos folios con los mensajes de apoyo de amigos, familiares y fans. Para mi fueron muy importantes estos mensajes, me daban mucha energía para afrontar cada etapa al día siguiente. Aunque las noches en el desierto son muy frías e incómodas, es una suerte contar con los compañeros de haima, lo tratamos todo con mucho humor.
ETAPA 4 - 84km
Mi estrategia para esta etapa fue hacerla del tirón, es decir, sin parar ni a dormir ni a preparar cena. Me alimenté a base de frutos secos y barritas con cafeína para no dormirme. Tenía muchas ganas de ver cómo reaccionaría mi cuerpo ante esta etapa, que la mitad sería de día y la otra mitad de noche. Llevé un ritmo bastante constante durante toda la carrera pero en los últimos kilómetros debo confesar que empecé a desvariar un poco. Me encontraba solo, de noche, en medio del desierto y comencé a hablar solo. Más bien creo que fue un impulso del cerebro para mantenerme despierto y continuar hasta la meta. La meta iluminada la comencé a divisar en los últimos 8km. Sentí mucha impotencia, parecía que no llegaba nunca y alguien estuviera arrastrándola para atrás. Finalmente llegué aún siendo de noche, muy contento sabiendo que acababa de terminar la etapa más larga del MDS y que el día siguiente sería una jornada de descanso y nos darían una coca-cola de premio.
ETAPA 5 - 42km
La famosa etapa maratón del Marathon des Sables. Para esta etapa ya se respiraba otro aire entre los participantes que quedaban del MDS. Sabes que es el último día (a falta de la etapa solidaria del día siguiente, que no puntúa), que lo vas a dar todo y que si todo va bien vas a ser finisher del MDS.
Esta fue quizá la etapa que más disfruté, porque psicológicamente sabes que ya no tienes más etapas duras que afrontar en los días venideros. Hice mi mejor tiempo, siendo la segunda etapa más larga y saboreando cada instante. Al finalizar me encontraba mejor que nunca. Mi cuerpo empezaba a aclimatarse al desierto, a tener que correr largas distancias todas las mañanas, a dormir en el suelo, a combatir el calor asfixiante.


ETAPA 6 - 17km (Solidaria Unicef)
Última etapa del 31º MDS. Todos los de mi haima (la 11) logramos acabar las 5 etapas previas, así que al no puntuar decidimos hacer los 17km juntos y andando. Comentamos y revivimos todas las anécdotas y experiencias vividas. Al llegar, recibimos nuestra medalla de finisher, un abrazo del director de la carrera, Patrick Bauer y Dña Cristina, la mujer de Don Pedro, nos dio un pack de 20 coca-colas que nos bebimos entre cuatro personas. ¿Se puede pedir más?
CONCLUSIÓN
Acostumbrado a correr carreras más cortas, llegue al maratón de sables con muy poca experiencia, pero salí de allí más fuerte que nunca y dispuesto a aceptar cualquier futuro reto. MDS me ha hecho más fuerte físicamente pero sobre todo psicológicamente. Por el momento me quedan muchas carreras que hacer por todo el mundo, pero no descarto volver algún día, el desierto te atrapa. Me quedo con el paisaje tan magnifico del Sáhara, los buenos amigos que he hecho y el haber podido completar el desafío tan duro que me había propuesto.