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Zegama: Se puede disfrutar tanto desde fuera como desde dentro

La ‘intra-crónica’ de Yeray Durán

Yeray Durán

Zegama: Se puede disfrutar tanto desde fuera como desde dentro
Zegama: Se puede disfrutar tanto desde fuera como desde dentro

Había escuchado hablar mucho de esta carrera. Siempre tenía un gran cartel de corredores pero lo que más me impresionaba eran las numerosas fotos donde se veía muchísima gente animando en la montaña incluso en las peores condiciones climatológicas. Me hacía a la idea de que Zegama tenía que ser como el Tour de Francia de las carreras de montaña pero por mucho que lo imagines es difícil de creer la magnitud que puede alcanzar, ¡¡y puedo asegurarlo una vez lo he vivido!!

Siempre he querido correr en Zegama, pero año tras año,  por un motivo u otro (lesión, planificación de carreras, coincidencia con un ultra…) no he podido meterla en mi planning.

Este año unos días antes de la carrera llamaba a amigos, a otros corredores para ir juntos a entrenar, a los de mi equipo Buff, y la contestación de todos era parecida: “Hola Yera, no puedo, estoy en Zegama”, “Hola Yera, no puedo, me voy a Zegama”. Y claro, con tales respuestas, empieza a entrarme el gusanillo de ir yo también para allá.

A todo esto se une que el día que se celebra la vertical es mi cumpleaños y pienso que sería una buena forma de celebrarlo. Que quede constancia de antemano que en esta ocasión ni se me ocurre vivirla desde dentro. En Transvulcania tuve molestias en el metatarso y por una vez he querido ser prudente y tomarme en serio la recuperación. Así que, con este planteamiento, ¿qué me impedía ser uno más de esa enorme fila de espectadores que siempre me ha llamado la atención y que no paran de gritar eufóricamente y animar a los corredores?
Pues al lío que vamos. El jueves tomo la decisión de ir. Viviendo en el Pirineo me queda más cerca que cuando vivía en Canarias jeje... Aunque he de decir que lo que para muchos es “un salto” lo de hacer 600 km en coche, ¡para mi es una ultra en carretera! Si mirándolo bien, en 6 horas en coche puedo dar 5 vueltas a mi isla.

Viernes noche, cena de cumpleaños, sábado por la mañana, me levanto temprano para entrenar con mi amigo Pau Bartoló y salir pitando para Zegamaaaaaaaa! Tras 6 horas de coche nos vamos acercando  al pueblo para vivir el previo de la carrera. Una vez allí y casi sin posibilidad de aparcar se vive un gran ambiente de trail donde calles y bares están repletos de corredores y equipos. Se respira ambiente de fiesta y tensión pre-carrera.

Y… qué sería de Zegama sin lluvia? Empieza a oscurecer y cae un buen chaparrón, para dejar en su punto el barro para el día siguiente. Toca cena con el equipo Buff, y veo desde fuera los preparativos del material, esas risas tontas por los nervios, la cena de la pasta blanca (por una vez no la mía jeje)…

Esa noche investigamos un poco sobre cómo llegar a Sancti Spiritu para ver la subida al Aizkorri. Quería vivir lo que tantas veces he visto en fotos. Nos dicen que se forma un buen jaleo para aparcar el coche en la pista forestal que llega cerca, que es mejor ir temprano.  

Llegó el día y allí que fuimos. De camino a Sancti Spiritu vemos a los corredores en el KM 8. Era también una subida en el bosque, no era la subida al Aizkorri, pero allí también se concentró mucha gente. Se palpaba ese ambiente de trail que tanto me gusta. Pasan los corredores. Aritz Egea iba como líder, seguido por Kilian Jornet a unos 30 segundos. Lo mejor, verle la cara, parecía que la cosa no iba con él. ¡Y todavía le quedaban dos cambios más de ritmo para meter caña!

Una vez han pasado los corredores nos movemos todos en bandada hasta Sancti Spiritu. Era verídico lo que nos habían contado sobre la afluencia de coches. ¡Pedazo de caravana para llegar!    

De donde aparcamos a Sancti Spiritu había un buen tramo de sendero donde la gente caminaba a paso ligero  para llegar a tiempo y ver a los corredores pasar y en donde se podía despejar la incógnita de cómo iba a enfocarse la carrera. El tiempo cambiaba por momentos, empezaba el frío y la amenaza de lluvia, de modo que las predicciones del día anterior no fallaron. Cayó un buen chaparrón, pero esto no espantó al público que allí seguía animando, gritando y arropando a un corredor tras otro. ¡Nunca había visto nada igual! Daba la impresión de que subían la cuesta en volandas animados por la gente. Y el que veías que caminaba empezaba a correr. Impresionaba. Y eso que menuda cuesta que era. En esos momentos intenté ponerme en la piel de los corredores y pensé: el año que viene quiero ser uno de ellos y subir esta señora cuesta con esta gente a mi alrededor.

Vemos pasar a Marc Lauenstein y Kilian va pisándole los talones, pero parece que sigue guardándose otro cambio más, y efectivamente, en breve pasa a Marc y pone la directa hacia la meta en solitario.

Después de estar animando un buen rato y terminar calados de agua y sucios de barro decidimos volver al coche para intentar ver la llegada a meta… Y fue todo un espectáculo. En el pueblo no cabía ni un alma. Kilian llegó a meta como claro dominador, el único muy por debajo de las cuatro horas, a casi 10 minutos de Marc y de Luis Alberto Hernando que entró tercero. A su llegada comentó que en la cima del Aizkorri había pasado mucho frío y después nos enteramos también de algunas retiradas (Azara García tuvo que retirarse por hipotermia y también Aritz Egea) y entendimos entonces todos los coches de protección civil y ambulancias que habíamos visto bajando del Sancti Spiritu. Esta es una muestra de las duras condiciones de la montaña.

En chicas entró en meta la joven noruega Yngvild Kaspersen en primera posición, seguida de Megan Kimmel y Oihana Kortázar que corría en su tierra. A veces la realidad supera a la ficción y en Zegama así fue. Y ahora… ¡Queda menos de un año para intentar vivirlo desde dentro!