Tres podios en tus últimas tres participaciones en UTMB. Se dice pronto.
Conseguir tres podios en los últimos tres años en los que he competido (2015, 2016 y 2018), sin olvidar un quinto puesto en 2014, es para estar muy contenta. Y más en una carrera referente a nivel mundial como es UTMB, donde están corredoras de gran nivel y cada vez hay más corredoras jóvenes que apuntan muy alto. Si a todo esto le sumamos que en una prueba de esta distancia, 171 kilómetros con 10.000 metros de desnivel positivo, cualquier incidencia o detalle puede llevar al traste lo planeado, es motivo para estar satisfecha de los resultados que he podido conseguir en todas mis participaciones en Chamonix. El balance es muy bueno.
Ha sido una edición muy dura climatológicamente. ¿Te ha costado más que otras veces?
Durante la semana la predicción fue muy variable, no avisaron de mala climatología hasta la misma mañana de la prueba, y entonces añadieron al material obligatorio del kit de frío (otra segunda capa añadida, gafas y zapatilla robusta de trail). Sin embargo, no diría yo que fue tan duro como pintaba, bastante más “suave" que el año anterior, que lo viví desde el otro lado del dorsal. Es verdad que en el Col de Bonhome había nieve recién caída pero la precipitación duró muy poco tiempo y fue bastante liviana. Yo apenas usé la chaqueta de membrana en Col de Ferret. Llevaba un cortavientos que me fui poniendo y quitando en función de la temperatura y el viento. El material que utilicé fueron tres pares de zapatillas diferentes, todas ellas con suela Vibram Litebase, que me dieron mucha seguridad en las zonas en las que el terreno estaba húmedo.
A diferencia de las prueba de los chicos, la de las chicas estuvo muy abierta hasta casi el final. ¿Pensaste en algún momento en la victoria?
Desde fuera es fácil pensar todo eso pero cuando estás dentro te dedicas a correr y a hacer la mejor carrera posible, luego ya vendrá el resultado final. Durante la carrera hubo bastantes cambios y yo, por increíble que parezca, no tenía claro qué corredoras tenía por delante. Hubo muchos cambios durante los avituallamientos o en algunos puntos que me despistaron. Y hasta La Fully tampoco pregunté demasiado en cuanto a la clasificación. A partir de Vallorcine creo que me preocupé más de que no viniera la tercera, ya que no pensaba que le estaba recortando tiempo a Francesca Canepa en la parte final.
Precisamente en Vallorcine tenías a Canepa a 13 minutos. En esos momentos, ¿no valoraste jugártela para intentar pillarla –aunque reventaras– en vez de conservar tu segunda posición?
No es mi estilo reventarme en una carrera, y menos en el kilómetro 155, en el que además normalmente llevas las fuerzas justas. Si añadimos que esa parte de la carrera no la conocía (la subida a Tete Aux Vents estaba cortada por desprendimientos) y me habían dicho que había una bajada complicada entre los tramos de subida, fui bastante cauta. No forcé corriendo desde Vallorcine a Col des Montets, fui a ritmo pero sin forzar, conservando la energía tanto física como psicológica para intentar mantener un ritmo bueno de subida y correr todo lo que pudiera en bajada. Ví a Francesca antes de la Flegérè, llegué a estar muy cerca al final de la bajada, y ya en Chamonix quise disfrutar de lo afortunadas que somos en esos momentos.
Este año con la baja de Nuria y el estado regulero de Caroline. ¿Se puede decir que ha habido menos nivel en categoría femenina?
El nivel en una carrera como UTMB siempre va a ser muy bueno, es la carrera con más proyección mediática a nivel mundial. Es verdad que el recorrido no ha sido siempre el mismo, sin embargo he hecho el mejor tiempo de todas mis participaciones y no ha servido para mejorar el segundo puesto de hace tres años. Yo no diría que el nivel haya sido inferior. Una línea de salida con Caroline Chaverot (1ª UTMB 2016, 1ª CCC 2013, Hardrock 2017), Mimmi Kotka (1ª TDS 2017, 1ª CCC 2016), Fernanda Maciel (4ª UTMB 2014, 1ª TDS 2009), Magdalena Boulet (4ª UTMB 2016, 1ª CCC 2015, Marathon de Sables 2018), Francesca Canepa, Emilie Lecomte, Beth Pascall, Juliette Blanchet, etc. no la consideraría una carrera con nivel más bajo.
Pero es que además me gustaría señalar que es muy difícil llegar, el camino para preparar una prueba de estas características es largo, costoso, duro… con lo que muchas veces rozamos esa línea finísima que nos puede dejar por el camino e incluso no llegar a esa línea de salida tan deseada. Y si a todo ello añadimos que hubo seis corredoras en 45 minutos por debajo de las 27 horas (con las que yo fui tercera en 2016), el nivel fue alto y cualquiera de ellas podía haber optado al podio. Además de 12 corredoras sub 28 horas. ¡Podríamos considerarla una de las mejores ediciones y una gran carrera femenina!
Y con ese cartel de salida, ¿te sorprendió la victoria de Canepa?
No, Francesca Canepa no me ha sorprendido. Es una atleta con un gran palmarés, con victorias en muchas carreras de estas características. Vive en el otro lado del Mont-Blanc y conoce muy bien la zona. Ella tiene cualidades para ganar carreras de esta distancia y la ví muy bien durante los kilómetros que compartimos.
Después de tres podios, ¿ganar UTMB se ha convertido en una obsesión para ti?
El UTMB es una carrera que me encanta, desde aquella ocasión que vine a recorrerlo en unos días. Se adapta a mis características y me permite por fechas prepararlo con mimo y cariño. Además de no tener que ir la víspera de la carrera como me sucede con otras pruebas del calendario y disfrutar de una semana pre-competición con el equipo Vibram. Obsesión no, no es ninguna obsesión, ni me quita el sueño no haberlo ganado a pesar de estar cerca este mismo año.
Dicen que eres una corredora bastante dura y fiable, sin una gran velocidad pero con una constancia que te permite siempre acabar y además acabar bien. ¿Cómo te defines a ti misma como corredora?
Dura, porque me he curtido durante cinco años en raids de aventura de incluso siete días. Y fiable también, no me he retirado nunca de una carrera. No soy rápida pero atesoro 2.11.09 en 800 y 4.27.54 en 1500. Y sí, soy constante, llevo desde los 10 años practicando deporte y compitiendo, excepto durante 2017 que me rompí el ligamento cruzado anterior y menisco de mi rodilla izquierda.
¿Cómo ha sido tu semana post UTMB?
Ha sido mi semana de vuelta al trabajo después de dos meses de vacaciones. Una gran actividad, ¿no? No es precisamente la mejor semana para recuperar y bastante tengo con intentar sacar adelante el día a día, escuchar al cuerpo que pide descanso y tratar de volver a una cierta normalidad. Y lo que más me apetece es compartir los pocos momentos libres con aquellos que han estado cerca todo este tiempo. El entrenamiento lo dejo para más adelante.
¿Qué carreras te quedan por hacer esta temporada?
Hemos valorado diferentes opciones tanto Quico, mi entrenador, y yo, pero vamos a seguir nuestro camino, ese que hasta ahora tan bien nos ha ido, y mantendremos lo que teníamos previsto. Vuelvo a un raid de 3 días, el Basque Expedition Race, organizado por mis antiguos compañeros de equipo, con el equipo Aralar-Camp Base, en octubre, y el 2 de noviembre si todo va bien participaré en una carrera en China, Ultra-Tour Mt Siguniang, y aprovecharé para visitar Vibram China y descubrir otra parte de Asia.
